Depresión y distimia

La presión académica, la incertidumbre sobre el futuro y la soledad pueden contribuir a la aparición de la depresión o distimia en este grupo de edad. Es importante que se tomen medidas para abordar este problema y brindar apoyo a aquellos que lo necesiten. La educación sobre la salud mental y el acceso a recursos de apoyo son fundamentales para ayudar a los jóvenes a superar la depresión. Es crucial que se fomente un entorno de comprensión y empatía para que aquellos que sufren de depresión se sientan seguros al buscar ayuda.

Distimia

La distimia, también llamada trastorno depresivo persistente es menos severa, pero más duradera que la depresión mayor y cada persona puede tener síntomas ligeramente diferentes. Las personas con esta condición pueden experimentar episodios de depresión mayor en ocasiones. Los síntomas pueden incluir:

  • Estado de ánimo persistente de tristeza, ansiedad o vacío

  • Menor capacidad para concentrarse, pensar o tomar decisiones

  • Menor energía

  • Fatiga

  • Sensación de desesperanza

  • Cambios en el peso o el apetito debido a comer en exceso o no comer lo suficiente

  • Cambios en los patrones de sueño, como sueño interrumpido, incapacidad para dormir, despertarse temprano en la mañana, o dormir mucho más de lo habitual

  • Baja autoestima

Depresión

No todas las personas que están deprimidas experimentan todos estos síntomas. Algunas personas experimentan solo algunos síntomas, mientras que otras experimentan muchos. Los síntomas asociados con la depresión interfieren con el funcionamiento diario y causan angustia significativa a la persona que los experimenta.

Si has estado experimentando algunos de los siguientes signos y síntomas la mayor parte del día, casi todos los días, durante al menos 2 semanas, es posible que tengas depresión:

  • Estado de ánimo persistente de tristeza, ansiedad o vacío

  • Estado de ánimo persistente de tristeza, ansiedad o vacío

  • Sentimientos de desesperanza o pesimismo

  • Sentimientos de irritabilidad, frustración o inquietud

  • Sentimientos de culpa, inutilidad o impotencia

  • Pérdida de interés o placer en pasatiempos y actividades

  • Fatiga, falta de energía o sensación de estar ralentizado

  • Dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones

  • Dificultad para dormir, despertarse demasiado temprano o dormir en exceso

  • Cambios en el apetito o cambios de peso no planificados

  • Dolores o molestias físicas, dolores de cabeza, calambres o problemas digestivos sin una causa física clara que no desaparecen con el tratamiento

  • Pensamientos de muerte o suicidio, o intentos de suicidio